Celebrando año nuevo en Sídney, Australia
No es fácil para un estudiante internacional el pasar fechas tan importantes como “Año Nuevo” lejos de su familia, y es que muchos cuentan con la posibilidad de regresar a casa por unas semanas, pero otros nos encontramos muy lejos como para comprar un costoso boleto de avión.
Desde que llegué a Sídney en Septiembre, sabía que sería la primera vez que tendría que celebrar año nuevo a miles de km de mis seres queridos. Por otro lado, desde un principio tuve bastante claro mi objetivo: ver aquel show que veía por televisión desde mi casa en Teapa Tabasco, año con año: El famoso NYE, uno de los espectáculos de fuegos artificiales más admirados por el mundo entero.
Mi travesía empezó días antes, investigando en la página oficial del Gobierno de Sídney, los lugares en los que se podía ver el espectáculo, un evento organizado para más de un millón y medio de personas. Yo sabía que quizás sería la única oportunidad de ver el show estando en Sídney, y quería verlo entre la famosa Sydney Opera House y el icónico Harbour Bridge. Muchos de mis amigos me decían que había que levantarse muy temprano para poder estar entre estos dos grandes monumentos australianos y que preferían llegar más tarde y ver el show en un lugar menos privilegiado, a lo que yo les dije que ni se preocuparan que yo llegaría sólo si tenía que hacerlo y que haría hasta lo imposible por apartarles un lugar.
Era 30 de diciembre en la noche y sabíamos que había que estar por casi 18 horas bajo el sol y que teníamos que desayunar, comer y cenar ahí. Hice lo que nunca, cocinar para mis amigos de Italia, Indonesia, Estados Unidos y Alemania. Todos llevaríamos algo de comida y compartiríamos y esto fue todo un reto, tenía que llevar algo standard, sin picante y sin carne (por cuestiones religiosas). Al final terminé preparando unas flautas de papa.
Casi sin dormir de la emoción me levanté el 31 de diciembre a las 5 de la mañana, así es, 5 de la mañana a alistarme, temblaba de la emoción. Había visto tantos videos del show de NYE de años pasados que mi sonrisa nadie me la podía borrar.
Llegué a las 6 de la mañana a la Opera de Sídney sólo, porque claro mis amigos llegarían a las 9. Había fácil ya unas 70 personas delante de mí, todos jóvenes estudiantes o backpackers. Pasamos los filtros de seguridad, y veía como todos corrían por el mejor lugar, en cuánto me terminaron de revisar, hice lo mismo ya con ganas de llorar, y lo logré, estuve en primera fila, nadie podía borrar mi sueño ya, lo planeé y estaba pasando. Con un paraguas cubrí unos lugares y con una sábana otros, para que el show lo pudiera compartir con mi familia internacional.
A las 9 de la mañana llegaron mis amigos, bastante frescos, con comida recién hecha, y así empezó nuestra aventura. Poco a poco millones de personas abarrotaban el lugar. El spot que había reservado para 7 personas ya era para 4, cámaras por todas partes, canastas tipo pic nic como si las regalaran, sillas de viajeros, música, comida de todo tipo y pieles quemadas por el sol, fueron algunas de las cosas que se podían apreciar.
A partir de la tarde empezó el pre-show, acróbatas haciendo flyboard, aviones por todos lados, drones, helicópteros, barcos llenos de luces de año nuevo, personas bailando, luces que se proyectaban hasta el cielo, algo irreal.
Llegaron las 11:50 de la noche y la gente se empezaba a parar y a gritar, entre ellos yo, no cabía de la emoción. Iba a vivir algo que vi por años en la televisión. 11:59 y empezaba la cuenta regresiva que se veía reflejada en el Harbour Bridge: 60, 59, 58 y yo no dejaba de contar. Cuanto más chico se hacía el número más fuerte gritaba. 10, 9,8…..3,2,1 y el resto es historia
Viví el mejor show de año nuevo del mundo en el mejor país del mundo: Australia.
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